Ventana a una noche.
Álvaro entregó esa noche todo el amor, la pasión y el deseo que durante treinta y tres años había alimentado. Ni su sutil belleza ni su buena posición económica pudieron nunca antes conquistar algún corazón, y la soledad había sido moneda corriente en vida desabrida de sábanas frías. Pero semanas antes a esa noche, cuando el azar o el destino; o ambos; lo encontró en el camino de Lía todo cambió, y así Álvaro se vio sumergido en un frenesí de locura e insomnio. Locura por llegar a sus labios, insomnio de espera desesperada.
Lía no era una belleza extraordinaria, sino una suma de detalles y actitud que la convertían en atractiva e intrigante. Él, tal vez con su mirada inocua de tipo apasionado, la conquistó lentamente y se dejó conquistar perdidamente. Por primera vez podía sentirse pleno y cargado de felicidad, la sola presencia de Lía lo regocijaba de alegría y esperanza; y podía permanecer por horas escuchándola y acariciando sutilmente su mano.
Álvaro planificó la noche mágica con mucho cuidado. Primero la llevó a pasear por la Avenida Olimpia; tomados de la mano caminaron por sus largos bulevares cargados de frondosos tilos y disfrutaron de las casas estilo art decó. Rieron, se abrazaron y hasta un par de besos tibios pasaron de una boca a otra. Luego entraron a un fino restaurant y bajo la luz de las velas cenaron sin poder quitarse los ojos de encima. Irradiaban amor y ternura en todo el ambiente, lo que allí estaba naciendo era imposible de ser ignorado por ningún cupido. Luego, Álvaro la llevó hasta su casa majestuosa donde interpretó a Bach en el piano de negro impecable y al terminar, incentivados por el deseo y algunos besos, fueron juntos a la habitación. Allí Lía abrió el enorme ventanal con vista al mar y le pidió a Álvaro que apague la luz. La Luna llena hacía rebotar su luz en el mar multiplicándose para luego entrar por esa habitación y desparramarse sobre el parqué que, conjugada con el sonido del mar intratable, hacían de ese lugar la cuna del romanticismo. Los besos más apasionados nacieron en el umbral de esa ventana. Álvaro abrazó a lía con fuerzas y derritió sus labios en los de ellas, se sintió soluble, etéreo. No había pensamientos, ni conciencia, sólo el latir de su corazón y el calor de su alma. Entrelazados y desnudándose mutuamente caminaron hacia la cama, se lanzaron hacia ella y dejaron que la pasión los envolviera. Sobre ella, desnudo, ardiendo, Álvaro supo lo que era la felicidad; en ese momento, viéndola sentir su placer, él entendió que ese momento era sublime y sonrió mientras Lía soltaba un profundo gemido y lo abrazaba con fuerzas y clavaba suavemente las uñas en su espalda. Él se desplomó, extasiado sobre ella y no pudo contener su gran sentimiento.
- Te amo.
Lía calló en un silencio ensordecedor que Álvaro no pudo escuchar cegado por la felicidad. Abrazado al cuerpo desnudo de ella se durmió tan profundamente como nunca antes lo había hecho, sintiendo una enorme paz y sin entender el concepto del tiempo.
Lo peor de los sueños es el despertar, que acarrea realidad.
Álvaro despertó, por la mañana, iluminado por un sol gigante que, como la Luna antes, ingresaba por el enorme ventanal acompañado por el susurro del mar. Miró a sus costados y se encontró solo, aún desnudo, en el vacío de las sábanas de seda blanca. Por más que buscó en toda la casa, no encontró ni huellas ni retazos de Lía. Se había marchado, tal vez para siempre. Durante los días posteriores Álvaro buscó en los lugares que Lía solía frecuentar algún despojo que le confirme que esa noche había existido, que no había sido un sueño cruel. Aunque nada encontró, Álvaro supo que había sido real y eso fue lo que más le dolía; el único amor de su vida, a quién él todo había entregado se marchó sin más ni más en el amanecer de la noche más fantástica, en el comienzo de un para siempre. Lloró durante meses su partida e incluso aprendió a odiarla.
Lía jamás volvió a aparecer y Álvaro nunca dejó de buscarla. Los años pasaron y en su corazón no halló un lugar para otra mujer. Aún su mirada se mantiene inocua, pero las arrugas han convertido su cara en la de un anciano. Jamás olvidará esa noche de enero, cuando él tenía treinta y tres años, que significaron el sufrimiento de los cuarenta y cinco años posteriores. Porque si su vida, antes de Lía, era desabrida el después fue mucho peor, con el sabor del abandono y el dolor del corazón roto. Álvaro está ya en su lecho de muerte, en su habitación, como siempre solo. Hace dos días que no puede levantarse de la cama, pero esta mañana usó todas sus fuerzas para ir hasta el ventanal y abrirlo. Quería que su último suspiro sea con aire de mar. Lía significó demasiados años de sufrimiento, pero Álvaro sabe que esa noche fue lo único que valió la pena en su vida.
Iluminado por el sol naciente, con una sonrisa en su cara, él volvió a vivir en su imaginación esa noche y se dejó llevar en paz a cualquier lugar.
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Comentarios
Sin embargo las personas se siguen arriesgando a dar el paso hacia el precipicio diciendo al otro "TE AMO".
Y algunos se estrellarán allá abajo...
Y otros volarán por los aires...
Dos opciones que nadie debería dejar pasar.
P.D.: ya sabés que a este mundo y a vos los tengo en mi página, no?
He seguido tus escritos en este tiempo y me han seguido emocionando. Siempre lograste transportarme a cada uno de ellos. Olvidarse del escritor para vivir el relato no es fácil de conseguir y eso, contigo, es la norma. Me encantaria que me visitaras en estos dos blogs nuevos, me interesa tu opinión: enunaisla.blogspot.com y sivesadios.blogspot.com.
Un beso de los sonoros...!
Bianca
¿Qué hace que nos eleve y nos suelte a su antojo?
¿Qué hace que a pesar de eso, nos subamos a su vuelo?
¿Qué hace que tú, magistralmente nos deleites con tus letras?
y volemos?...
te dejo mi msn,
--->mflorir@hot...
Suerte
En fin para que digo estas cosas mejor te felicito por tu relato y espero que visites mi blog.
Soy posh-333 de yahoo respuestas.
disculpa la mala ortorafia pero mi teclado esa descompuesto.
Saludos
Saludos
Gracias por compartir tu talento.
mucha suerte y un gran abrazo.
podrias escribir un final alternativo? (risas)
Me gusto mucho... por qué ese final?
Te invito a mi página!
Saludos
ctg.