Un instante de felicidad posee dos vidas; una escasa, como el presente; y otra eterna como el universo. La felicidad que otorga dicho instante está íntimamente ligada a su duración, y esta relación es inversamente proporcional; mientras menos tiempo perdura, más felicidad regala. Luego, el instante concluye y muere, para después nacer en nuestra memoria donde se quedará por siempre.
Es paradójico entender que lo eterno está construido por lo efímero, o que lo efímero es eterno. Como si el ser humano tuviera una incapacidad para experimentar la felicidad por un tiempo prolongado, y prefiriera, entonces, evocarla a través de la memoria, armándola de a retazos pequeños, con instantes ya muertos. Como una melancolía sin fin que hace del tiempo ya transcurrido, una felicidad presente con ausencia del ahora.
Tal vez me fascinan por su cualidad de efímeros, que hace que con el tiempo uno dude si realmente sucedieron; o por saber que jamás volverán a repetirse y la única prueba de su acontecer habita en nuestra memoria. Pero sin dudas me fascinan, porque la felicidad no es más que la suma de los instantes y, por suerte, algunos somos dichosos y guardamos en nuestra memoria una larga lista de instantes irrepetibles.
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Sólo el mundo y yo es una humilde mirada literaria del mundo que nos rodea; de la vida, con sus pecados y sus sombras. Todo lo que aquí se escribe es ficción. Podemos jugar, si usted lo desea, a pensar que algunas cosas son ciertas; pero sólo será un juego. La realidad no habita en estas letras.
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Hay tanta inocencia, tanta felicidad, tanta ternura en esa imagen, que me dan ganas de comermelo a besos.
Gracias por compartir ese instante inolvidable de la vida de tu sobrinito con todos nosotros.
Besito.
Liliana
como siempre me encanto lo que escribiste y te cuento q empece a coordinar un taller literario asi que estoy muy contenta
espero estes bien
Besos
Como siempre, hermosas y acertadas palabras las tuyas. De las que emocionan en lo profundo del alma y la alimentan a la vez
asi que estas entre mis favoritos.
saludos!