Derretimiento del silencio.

Se amotinó en el silencio luego de aquella primavera cargada de delirios, en la que miles de sentimientos naufragaron penosamente ligados a un exilio doloroso, que no halló más razón de ser que la supervivencia banal, atada al instinto primario del seguir respirando. Y de ese silencio interior brotó la habilidad de saber decir sin decir nada, cuando comprendió que tenía el enorme talento de mentir despiadadamente una y otra vez, sin que nadie, ni sus clientes ni su conciencia, pudieran enterarse.
Cuando llegó a la ciudad; escapando de aquella primavera, hace ya una década; era sólo una adolescente que tenía el alma rota y un cuerpo exuberante. Por astuta o inconciente, convirtió su corazón en un bloque de hielo sólido, y luego a su cuerpo en el negocio más redituable. Rápidamente cobró fama; su habilidad era la de fingir con verosimilitud sorprendente el goce y, por encima de todo, podía hacerle creer a cualquier cliente que ella lo amaba como nadie. No vendía sexo, vendía amor eterno.
Indudablemente era una gran vendedora de ilusiones condenadas a la desintegración; quimeras que los hombres preferían creer; tal vez porque todos necesitan poseer alguna mentira piadosa que los haga sentirse mejor consigo mismo. También ella, porque cuando marchó de su casa, tras las muertes consecutivas de sus padres y el accidente absurdo de su hermano, sabía que el destino ya había realizado toda su parte, y no le quedó otra que llenar de mentiras y autocomplacencia el vaso vacío. Tan sólo parches que la razón monta para asegurar el mañana.
Detrás de sus frases hechas, de sus sonrisas dueñas de una inequívoca franqueza, de sus piernas eternas y sus ojos de aparente transparencia, seguía viviendo, como siempre, el inmenso silencio que era, en realidad, su único lenguaje, o el único resto de sinceridad que le quedaba a un corazón que la frialdad le había quitado la voz.
Es imposible saber con certeza hasta cuando la realidad rutinaria puede llegar a extenderse, porque sus únicos enemigos son los accidentes, y éstos tienen, como condición de ser, la capacidad de jamás mostrarse como predecibles.
Por eso, cuando ella se descubrió embarazada, supo que su realidad iba a cambiar indefectiblemente, por más que intentase resistirlo. Es que, a veces, cuando no hay más motivación que la de la supervivencia y cuando sólo se conoce una realidad, es difícil no temerle al cambio, por más que el estatismo sea odiado, o simplemente asimilado. El aborto que ella se practicó tenía el fin de dejar intacto todo ese desastre tan prolijamente armado alrededor de las mentiras y el frío del hielo.
Pero el accidente había sido lo suficientemente trascendente como para simplemente olvidarlo. El dolor comenzó a sentirse cuando el tímido derretimiento del corazón se inició; y las mentiras, para disimular su tristeza o para alegrar a clientes, dejaron de oler a verdades, tal vez porque ella misma dejó de creerlas, o simplemente porque estaba harta de ser lo que no era.
El negocio cerró sus puertas.

Fue duro el retorno, casi tanto como abrir aquel umbral después de los años transcurridos y hallar, salvo por el polvo acumulado, todo exactamente igual, hasta los portarretratos de la boda de sus padres y la cama tan prolijamente tendida. Y el pequeño pueblo donde había nacido seguía siendo dueño de esa tranquilidad sutil que cobijaba en su interior recuerdos dolorosos, pero que sin embargo habitaban con un dejo de liviandad que hacía que el tormento se disuelva pacíficamente y que, por las mañanas, el levantarse no fuera tan pesado. Incluso, algunos días, hasta sentía una escrupulosa euforia y ganas de sonreír sin tener que actuar.
Consiguió trabajo en una oficina como empleada estatal. Sus días, lo sabe, son tediosos y rutinarios; pero, sin embargo, el corazón ya no habla a través de los largos silencios atroces de antaño. Por estos días se la ve relajada aunque incompleta, pero ella no buscará el cambio; espera que, como antes, algún accidente del destino le regale por fin una buena sorpresa, como un esposo y tal vez un par de hijos. Y así, y sólo así, el vaso vacío comenzará a llenarse con sentimientos y verdades.

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13 Comments:

  1. Anónimo said...
    Un relato atractivo que seduce al lector... se observa que tienes una manera apasionante para expresar los sentimientos y emociones del personaje principal.
    Buenas noches ^^,dejàndome llevar por el 'excitante' mundo de internet, encontrè tu blog... ya me veràs merodeando por tu pagina =D...oops! me llamo Seymi, tengo 17 años peruana pero vivo en madrid, mi aficiòn es la literatura y me interesa leer relatos cortos por eso lleguè aqui =D
    Anónimo said...
    La historia de la adolescente, buena, que daba ¿amor? para vivir, historia buena, llena de aquellos sentimientos que no todos tienen la oportunidad de conocer, aquellos sentimientos como el odio al destino. Este tiempo en el que todos amamos al destino porque siempre podemos mejorar, aquella huerfana olvidava, y quiza odiaba, pero siempre aguardando la esperanza que pase algo mejor (como el final de la historia).
    No comprendo el titulo, ¿es el silencio que la abandona a ella? o solo son las ganas de que eso suceda.
    Saludos de Ecuador.
    PD: Una historia a la semana es mucho tiempo
    Anónimo said...
    Hermosa historia y triste como todas. La pobre Soledad igual terminó sola. Y aunque tus historias sean siempre tristes, nunca dejaría de leerte porque a veces necesito de tus historias tristes.
    Liliana
    Emmanuel Frezzotti said...
    Seymi: Bienvenida a este mundo. Muchísimas gracias por tu comentario y elogios. Te espero por aquí el próximo lunes.

    Mario: Te recomiendo que vuelvas a leer la historia (si tenés ganas, claro). Y por qué escribo una historia a la semana ya lo expliqué en el post que se titula "Sólo el mundo y yo (y mi otro mundo)" en el mes de febrero. Saludos! Te mando un abrazo.

    Liliana: Como siempre; gracias! Te mando un beso enorme.
    Anónimo said...
    Hola emmanuel nuevamente aqui atravez del arcoiris que aparece cuando le doy link a tu blog, y nocturno ya que me conecto por las noches. La historia de hoy para tomar ejemplo, si no nos agrada la vida que llevamos debemos cambiarla ya que el tiempo se va seamos felices o no. y nuevamente gracias por esos sufrimientos útiles. un abrazo Akire
    Emmanuel Frezzotti said...
    Akire: Es extraño este mundo... Me agradecés por los "sufrimientos útiles", espero que realmente sirvan, al igual que tus arcoiris. Respecto a ellos: la frase "arcoiris nocturnos" me parece fantástica y tal vez te la robe para algún relato. ¿Puedo?
    Te mando un abrazo.
    Lorena Holbech said...
    muy lindo lo q escribess..
    Emmanuel Frezzotti said...
    Ani-chan: Muchas gracias.
    Francisco said...
    Su blog es maravilloso, Emmanuel. Mi felicitaciones por su sencibilidad literaria. Saludos desde Rio de Janeiro, Brasil.

    Francisco Ligiero
    Emmanuel Frezzotti said...
    Francisco: Muchísimas gracias. Saludos!
    Anónimo said...
    Por casualidad cai en tu blog... y estuve un buen rato leyendo tus historias que son fantasticas.
    Se nota q escuchas Sabina porque puede apreciar en tus relatos varias de las frases de algunas de sus canciones...
    Mis mejores deseos...
    Emmanuel Frezzotti said...
    Rocío: Gracias. Sí, algunas frases de Sabina que habitan en el inconciente surgen inevitablemente en algunos de mis textos. Saludos!
    Expresiones... Un Punto de Encuentro said...
    Hola Emmanuel:
    Excelente forma de tratar con tanta delicia tus post. Me necanto asi que estare de vuelta para deleitarme con sus letras.
    Un saludo desde West Palm

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