Lágrimas que no alejan dolores.

Abrió sus ojos y se encontró convertido en desperdicio; arrojado en el piso, rodeado de mugre y desenfreno. Observó con mirada perdida las botellas vacías a su alrededor y el denso olor a alcohol derramado, a vómito fermentado. Descubrió, de pronto, estar habitando en un mundo de subsuelo, de marginación y soledad. Se puso de pie con movimientos toscos, propios de quién aún no ha despertado totalmente, o aún no está tan muerto como quisiera. Caminó esquivando su propia mugre y al ingresar al baño, y verse reflejado en el espejo, iluminado por una luz tenue y decadente, sintió pena de sí mismo.
Algo no estaba bien y él lo sabía; desde hacía un tiempo la vida se había encargado de atormentarlo cruelmente, con una saña injustificada. Ese martirio había comenzado con la muerte de su gran amigo de la infancia, su hermano del alma. Ese golpe inesperado, causado por una enfermedad impía, fue doloroso y lo suficientemente poderoso para dejar un dolor infinito en él. A duras penas lo superó, o por lo menos siguió viviendo; sabiendo esta vez que la vida es tan finita como pasajera.
Con el tiempo descubrió el significado de la palabra amor; su corazón se rindió a los pies de esa muchacha divertida, de mirada pícara y bondad incondicional. Podía adivinarse su amor con sólo verlos a la distancia y no era difícil imaginarles mil futuros, todos felices. Con el embarazo, felizmente sorpresivo, buscaron hogar, nombres y decoración para la habitación del nuevo integrante de la familia.
Usaron cada centavo que disponían y disfrutaron como niños esos nueve meses de ansiedad, nervios y entusiasmo. El día de nacimiento hubo otra sorpresa; las ecografías estaban equivocadas y quién iba a ser Lucía debió llamarse Lautaro. Fue un parto largo, pero los dos lo vivieron tomados de la mano, a sabiendas de que ese momento era único. Pero otra vez el destino se encargó de tirar abajo el castillo de arena.
Lautaro nació con una malformación en su pequeño corazón. Nada había para hacer. Murió a las veinticuatro horas.
La noticia fue tan dolorosa que las palabras que servirían para describirlo aún no existen. Parecía que, sin embargo, el amor que los unía a ambos era capaz de vencer cualquier cosa, incluso esta. Pero la llegada a la casa desde la clínica fue el principio del fin: la cuna, los juguetes, el cambiador, el rosa de la habitación, los pañales sin usar y los llantos ausentes, el silencio, las risas acalladas, la pena inacabable. Todo funcionaba como un cóctel demasiado fuerte para almas tan limpias.
El amor se convirtió en distancia y la distancia en desamor. La separación fue la única vía de escape.
Él armó maleta liviana y viajó lejos. Intentó hallar en el silencio alguna respuesta, pero no sabía que sobre su espalda se montaba el dolor más grande, incapaz de dejar atrás. A dónde iba lo seguía. Y por momentos, en el silencio se fabricaban llantos desesperados que parecían salir de ningún lado, pero que llegaban de todos. Las lágrimas secas y apagadas eran su único alimento, su única respiración.
Volvió maltrecho. Fue a buscarla a ella. Lloraron abrazados por horas sin decir palabra. Sólo lloraban, sólo se abrazaban. Luego se prometieron volver a intentarlo. Y lo hicieron, se mudaron juntos y unos pocos meses alcanzaron para demostrarles que lo suyo ya estaba terminado. Veían en los ojos del otro el reflejo de ese niño que ya no estaba, y que no volvería.
Luego de la separación, él volvió a armar maleta, pero esta vez, en vez de llevar kilómetros, llevaba adicciones. Intentaba ser una vía de escape a todo, incluso a él mismo. Ni las drogas ni el alcohol, ni las dos juntas, alcanzaban. Y ese día en que se despertó durmiendo en el piso de una sucia habitación de pensión gris y observó su reflejo en el espejo creyó entender, de pronto, que ya todo estaba terminado.
Volvió al cuarto y comenzó a juntar las botellas, a limpiar el piso. Al terminar se sentó en una silla y rompió en llanto. Lloró por horas, esta vez abrazado sólo a sí mismo. Abrazando su alma. Cuando ya no hubo nada por qué derramar lágrimas permaneció quieto, en silencio. Así, sin dormir, sin comer, y sin vivir, se detuvo a esperar la muerte.

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22 Comments:

  1. Anónimo said...
    Guau o.O
    =(
    Es un cuento tristemente genial =)
    ¡Felicitaciones porque me parece muy bueno! =)
    Anónimo said...
    Creo que muchos ya t lo han comentado, pero debo decir que tu manera de escribir es impresionante. Siento que llenas de sentimiento cada una de tus palabras y eso es muy importante en un escritor. Felicitaciones! Continua asi, y tal vez algun dia pueda comprar un libro de tu autoria.
    Carlos said...
    Es una breve, pero intensa historia, es la primera que leo de tu blog, el que como casi todas las cosas descubrí por casualidad.

    no he leído todo tu blog pero veo que en el hay muchas historias, yo también intento escribir a veces y por eso me surge la pregunta de ¿cómo haces para no cansarte, no agotarte, de donde sacas fuerza? yo siento, que escribir este tipo de historias implica un desgaste

    Saludos,
    Carlos
    Emmanuel Frezzotti said...
    Carlos: mucha gracias por tu comentario. Creo que, antes de ser un desgaste, escribir resulta una terapia tranquilizadora. Una descarga de sentimientos. Creo que jamás podría cansarme de escribir.

    Espero que la casualidad que te trajo por primera vez se transforme en una necesidad de visitar mi blog. Muchos saludos.
    Anónimo said...
    Hace dos semanas me paso una cosa muy fea. Cabe destacar que a pesar de los altibajos que da la vida, tengo una vida privilegiada, una familia que me contiene, estudio lo que me gusta y hasta trabajo de ello. Desde que entre a tu blog, mi visión del mundo cambio, empiezo a ver mi problema desde otra perspectiva, Gracias por ayudarme a seguir.
    Emmanuel Frezzotti said...
    No puedo dejar de admitir que algunos comentarios me impactan. Y este comentario de "Anónimo" es uno de ellos. Uno cuando escribe no piensa que esas letras puedan albergar tanto poder.

    Y yo soy el que debe decir gracias. Porque veo en sus comentarios una razón para seguir haciendo lo que me gusta, que es escribir.

    De verdad, GRACIAS.
    Anónimo said...
    Me gusta lo que escribes. Me gustaría recomendarte un blog que más o menos es de tu onda: http://irvinggandhi.blogspot.com

    Ojalá que te guste y sigue escribiendo, eres bueno
    Anónimo said...
    No quiero que se muera;por favor haz que su vida dé un giro, y vuelva a ser feliz....please!!!
    Sólo vos podés hacerlo.

    Liliana
    Daniela Birchmeier said...
    emmm hola, bueno vi tu blog en Y! answers y como me hice uno hace muy poco, queria ver como era el tuyo, esta muy completo y bello la verdad, dejo un saludo, y felicitaciones por tu blog, sigue asi

    bye!
    m_aleja19 said...
    WOW... Tu forma de escribir es impresionante... siempre he soñado con escribir con la misma pasión con la que lo haces tu en este relato... realmente te felicito... eres un excelente escritor... xxD... chao...
    Jessicka said...
    hola, soy SIPI de yahoo answers. Tambien tengo un blog: jessickaes.blogspot.com/
    Tengo sólo algunos de los poemas que he puesto en yahoo. ahora mismo subire los demas.A ver q te parecen......saludos!
    Anónimo said...
    la verdad es que no encontra la forma de creas mi propio blog pero queria que leas estas palabras que escribi yo y me gustaria con toda sincerida tu respuesta aunque sea a mi e-mail (lauraegre_05@yahoo.com.ar)

    Dos amantes en la noche

    La noche es cómplice de su amor,
    Ella oculta sus miedos y deseos,
    Sus sueños y realidades.
    La noche los deja brillar.

    En la noche, sus rostros brillan
    Iluminados por la luna.
    Sus mundos se unen en un beso
    Para convertirse en un solo mundo,
    Donde el dolor de amores pasados
    Quedan olvidados,
    Donde los sueños de ambos
    Se hacen realidad

    Dos amantes de miradas,
    De recuerdos y de sueños

    Él es para ella un dulce misterio
    Que quiere descubrir en la oscuridad
    Ella es para él el sol
    Que dia a dia ilumina su universo,
    Con una sonrisa
    Ni él ni ella existen sin el otro.

    Simplemente, dos amantes
    Que encontraron en la noche
    El escondite perfecto
    Para amarse...

    Laura
    18/11/2006
    Anónimo said...
    Qué sensibilidad!, qué compenetración!,qué profundidad!! señores qué expresión!!!, es realmente extraordinaria toda esta transmisión de sentimientos en forma de una pieza de escritura, la fuerza de las palabras concentrada en esta obra casi maestra, es como una creación majestuosa en la que uno inevitablemente debe sumergirse y exprimentar al leerla de lo potente y atrapante que es su estilo, Saludos!
    Emmanuel Frezzotti said...
    Lauri: Gracias por tu comentario. Si bien voy a escribirte, no olvides que no soy un crítico literario, ni siquiera un escritor. Soy sólo un soñador cuyo único lenguaje son las letras.

    Flash110: Lo único que puedo decir es GRACIAS.
    Ivana Fernández said...
    Realmente....que palabras!!!!Una historia fuerte, triste, dolorosa...pero con un relato y un discurso impresionante, como solo vos, nos tenes acostumbrados...
    Gracias por transportar mi mente a mundos indefinidos...y por estar alli, con tus hoçistorias, cuando necesito alimentar el alma....
    Saludos!
    Anónimo said...
    guaauu. impresionante!!!!que historia dioss, me encanto, segui asi emmanuel.
    Lenguardino Matas said...
    qur tal tocayo como estamos??? como siempre he dicho que bien se escribe por aqui... felicidades.
    pues con la novedad de que mi pagina ha traido muchos problemas y pues aqui dejo el nuevo link, es una pagina nueva, estoy empezando de cero una ves mas, espero verte por ahi, la pagina es "http://caminantederrotado.blogspot.com/" y la de "http://elmerocorcholata.blogspot.com/" sigue pero ya en la que se va a escribir es la primera.
    cuidate y muy felices fiestas.
    Gasper said...
    Emanuel, por alguna razón (casi)inexplicable estive demasiado ausente de tu barrio, pero hoy nuevamente ando por acá.

    Quiero decirte que por la mitad estuve a punto de dejar de leer.
    Tengo un nene de tres años y alguna vez es inevitable pensar en una maldita posibilidad de ausencias.

    Pero tomé coraje y seguí con la lectura, acostumbrado a tus historias y escritos excelentes.
    Al terminar de leer, me di cuenta cuantas vidas sin vidas hay detrás de esas vidas que a veces miramos (por dos segundos) y otras esquivamos.

    Te mando un abrazo muy grande y, si me permitís, un tirón de orejas por esos 22 años cumplidos hace unos días atrás.
    Anónimo said...
    bueno, la verdad es ke esta es la primera vez que entro en tu blog y la verdad me dejaste impresionada.
    tengo 15 años y también escribo, mi estilo no se diferencia mucho del tuyo y espero ser alguna vez tan buena como tú, sigue escribienddo así, llegarás lejos.
    ciao, un saludo a todos y a ti en especial.
    Unknown said...
    A mi también me parece muy bueno.Un saludo y una invitación para todos a mi blog.
    Anónimo said...
    Tomaste una maleta y emprendiste un viaje de descanso, de alivio incondicional y de relajación intrépida para tu musa.

    Llegué a tu blog como casi siempre se llegan a los lugares nuevos, por simple serendipidad.

    Sin embargo y en el afán de subrayar mis percepciones ante lo disfrutado debo admitir con triste calma que tu historia (real o ficticia) ha sido un manantial de agua fresca en el desierto muchas veces encontrado de las letras.

    Una narrativa intensa, de calidad, simple y coloquial que me ha devuelto ese místico interes, esa sed inacabable de leer por el gusto de conocer quién cobija en sí tantos sentimientos.

    Seguiré descubriéndote a través de tus palabras con la misma sorpresa que anida en su alma un niño ante un hallazgo maravilloso.

    Saludos!

    Marcela
    Anónimo said...
    Se observa en cada línea sentimientos esparcidos de los poetas malditos. Un dejo Baudelaire con pinceladas de Fernando Vallejo. Mezcla adictiva de Europa y toda América. Una prosa nefastamente atrapante

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