Flotando entre geografías lejanas.
Pocos saben como ella cuánto duele el no pertenecer a ningún sitio; cuando la tristeza sin razón aparente se aloja en su conciencia y, arrojada sobre su cama, se acurruca con la cabeza entre sus piernas, y llora nostalgia, mientras la tierra de la que fue transplantada sigue albergando sus raíces allá tan lejos. Y ningún lugar, de pronto, parece ofrecerle cobijo, porque los mundos se separan justo frente a ella creando galaxias a las que no puede llegar, y queda varada dónde sólo el vacío la acompaña. Se siente sola, con el corazón partido en geografías lejanas; se siente distante de todo, hasta de ella misma; flotando desnuda en una angustia fría y envolvente.
Emigró hace tiempo por causas que hoy parecen perder valor. Al principio parecía fácil habitar otra cultura, otro piso. Pero el paso de los años trajo consigo el destierro y la melancolía de un lugar que con el tiempo parece estar más lejos. Con su tallo herido le dio vida, a duras penas, a nuevas raíces que debieron aprender a crecer en un suelo que desconocían.
A veces, cuando camina por las calles de la ciudad que no la vio nacer pero hoy la observa madurar, lleva la mirada a todo su alrededor y busca signos incipientes que le informen dónde está, que la traigan de regreso a su lugar del que tal vez no debería haberse ido. Puede ser que, en algunas de esas caminatas, un olor, un simple aroma de origen misterioso, la alcance y traiga consigo todos los recuerdos de su infancia en aquel barrio tranquilo. Luego, haciendo fuerzas para no pestañear y así evitar que las lágrimas caigan, camina con rapidez hasta llegar a su casa; y allí se encierra en la privacidad que le regala el cuarto de baño. Después se desploma en el suelo y entre los sollozos mudos comienzan a pasar por su mente, como diapositivas, las imágenes apolilladas del pasado. Una tras otra: su familia, su escuela, su gente, su todo y su nada.
Anhela volver, pero sabe que es imposible. Cada vez que retornó de visita a su país se sintió una extranjera, como si el mundo que antes había habitado hubiera ido mutando con los años que no la tuvieron, para transformarse en una realidad que estructuralmente era la misma, pero estaba totalmente teñida con colores que ella desconocía. Y los contrastes que descubría al comparar el sitio real con el que su mente recordaba, le provocaban un profundo desconcierto, como si su tiempo hubiera estado desfasado y ahora habitara en un mundo paralelo.
Otro problema le impide el retorno; las raíces que crecieron en el nuevo suelo son ahora muy pequeñas para provocar el olvido, pero demasiado grandes para soportar otro transplante. Allí, su vida creció y tomó forma de familia. Ella lo sabe, no hay solución aparente, como si las alternativas convergieran en una sola; la de aceptar que debe aprender a vivir con el corazón partido en dos, sintiéndose una inmigrante en su nueva tierra, y una extranjera en su país natal.
Se siente flotando en medio del océano, con un hogar a cada uno de sus lados, pero sin encontrar la llave de entrada de ninguno; sintiendo como el tiempo transcurre distorsionado desde hace semanas, tal vez porque no encuentra un espacio en donde alojarse; y la supervivencia en ese estado se torna compleja, porque el peso de la nostalgia abruma la cotidianeidad de su vida diaria. Necesita descargar su angustia y por eso busca, con inconciente desesperación, hallar reflejada en algún sitio su propia realidad, para poder llorar en tercera persona el monólogo de su vida. Sólo después de haber vaciado su alma de toda la tristeza acumulada, podrá salir y sobrevivir en el medio mundo que su medio corazón habita.
Copyright © 2007
Fotografía: Zena Holloway
Emigró hace tiempo por causas que hoy parecen perder valor. Al principio parecía fácil habitar otra cultura, otro piso. Pero el paso de los años trajo consigo el destierro y la melancolía de un lugar que con el tiempo parece estar más lejos. Con su tallo herido le dio vida, a duras penas, a nuevas raíces que debieron aprender a crecer en un suelo que desconocían.
A veces, cuando camina por las calles de la ciudad que no la vio nacer pero hoy la observa madurar, lleva la mirada a todo su alrededor y busca signos incipientes que le informen dónde está, que la traigan de regreso a su lugar del que tal vez no debería haberse ido. Puede ser que, en algunas de esas caminatas, un olor, un simple aroma de origen misterioso, la alcance y traiga consigo todos los recuerdos de su infancia en aquel barrio tranquilo. Luego, haciendo fuerzas para no pestañear y así evitar que las lágrimas caigan, camina con rapidez hasta llegar a su casa; y allí se encierra en la privacidad que le regala el cuarto de baño. Después se desploma en el suelo y entre los sollozos mudos comienzan a pasar por su mente, como diapositivas, las imágenes apolilladas del pasado. Una tras otra: su familia, su escuela, su gente, su todo y su nada.
Anhela volver, pero sabe que es imposible. Cada vez que retornó de visita a su país se sintió una extranjera, como si el mundo que antes había habitado hubiera ido mutando con los años que no la tuvieron, para transformarse en una realidad que estructuralmente era la misma, pero estaba totalmente teñida con colores que ella desconocía. Y los contrastes que descubría al comparar el sitio real con el que su mente recordaba, le provocaban un profundo desconcierto, como si su tiempo hubiera estado desfasado y ahora habitara en un mundo paralelo.
Otro problema le impide el retorno; las raíces que crecieron en el nuevo suelo son ahora muy pequeñas para provocar el olvido, pero demasiado grandes para soportar otro transplante. Allí, su vida creció y tomó forma de familia. Ella lo sabe, no hay solución aparente, como si las alternativas convergieran en una sola; la de aceptar que debe aprender a vivir con el corazón partido en dos, sintiéndose una inmigrante en su nueva tierra, y una extranjera en su país natal.
Se siente flotando en medio del océano, con un hogar a cada uno de sus lados, pero sin encontrar la llave de entrada de ninguno; sintiendo como el tiempo transcurre distorsionado desde hace semanas, tal vez porque no encuentra un espacio en donde alojarse; y la supervivencia en ese estado se torna compleja, porque el peso de la nostalgia abruma la cotidianeidad de su vida diaria. Necesita descargar su angustia y por eso busca, con inconciente desesperación, hallar reflejada en algún sitio su propia realidad, para poder llorar en tercera persona el monólogo de su vida. Sólo después de haber vaciado su alma de toda la tristeza acumulada, podrá salir y sobrevivir en el medio mundo que su medio corazón habita.
Copyright © 2007
Fotografía: Zena Holloway
Comentarios
Abrazos para todos!
PD: Liliana, espero que te guste.
Te mando un abrazo enorme, tan enorme como la distancia que me separa de mi tierra, y de la tierra de mis hijos.
Gracias por este maravilloso regalo; en mi nombre y en nombre de todas las personas que estamos lejos de nuestra querida patria.
Liliana
Besos,
Ivana.
PD: Te cuento que ya voté, asi que felicitaciones bien merecidas por tus logros!
PD: ¡Gracias por el voto! :-)
besos
y como tengo poco tiempo me limito a decirte algo que hace mucho tengo ganas de decirte
sos mi angelito sin rostro que con sus relatos me hace sentir cosas maravillosas y con su palabras me alienta
Besos
Suerte
Por cierto, te seleccione para un juego de cadena de blogs. pasate por mi blog para verlo. Pero no creo que lo postees aca, asi que espero verlo en tu otro blog.
Nos vemos
¿Cómo hago para escribir? Es una respuesta que no tengo, pero creo que lo logro porque puedo vivir vidas ajenas; y si las puedo vivir las puedo contar.
Muchas gracias por tu comentario y tu incondicionalidad.
Besos.
PD: ¿No vas a firmar más?
Laura: ¡Muchas gracias! :-)
Lo que me inspiró este relato es el pedido de una lectora, que tenía ganas de leer algo triste.
Paulus Cerberus: Me alegro que mis historias te gusten y puedas identificarte con ellas.
Me interesó el juego; y sí, lo voy a hacer, pero en el otro blog. Te mando un beso.
En fin, llegue aca por "intercambio de links" y la verdad que me encantan las cosas que escribis asi que sos una de las personas que opto por enlazar a mi blog.
Sos de La Plata?, yo tambien
Saludos, buen finde
Un abrazo
Atte.
Kurtosis.
Excelente escrito
Te agregué en mi blog en la lista de links. Si te parece, date una vuelta por el mío y agregame también.
Gracias, saludos y felicitaciones de nuevo!
un beso
mi blog es:
http://fantasmasdelmundo.blogspot.com
espero verte pronto por alli